
Un retenedor es un aditamento personalizado fijo o removible hecho de plástico o metal, que se suele utilizar tras la finalización del tratamiento de ortodoncia para mantener los dientes en su posición correcta.
Existen varios tipos de retenedores según su uso:
- Retenedores fijos: constan de un arco lingual de metal que se cementa en la cara interna de los dientes, normalmente de canino a canino. Este tipo es el más utilizado por los ortodoncistas, ya que no requiere constancia por parte del paciente para su colocación.
- Retenedores Removibles: son aquellos que se pueden remover con más facilidad. Podemos destacar varios tipos:
- Férula de retención: Se suelen confundir con las férulas de descarga con las que e trata el bruxismo. Se trata de unas férulas transparentes que abarcan todos los dientes y que se colocan por la noche.
- Retenedor de Hawley: Consiste en un retenedor formado por un arco exterior y unos ganchos que se colocan en los molares.
Los retenedores removibles se deben de cepillar con un cepillo suave y un jabón neutro. Siempre antes de guardarlos en su estuche o funda es recomendable que estén bien secos, sino cogerán un olor un tanto desagradable.
Cuando procedas a ponerte el retenedor, te recomendamos que lo mojes, así será más fácil colocártelo bien y sin dolor.
Debes hacer revisiones de tus retenedores según te aconseje tu ordontocista, ya que de esta forma podemos asegurar el buen estado y funcionamiento del tratamiento.
En la Clínica Clidecem somos expertos en tratamientos con ortodoncias y retenedores. Para más información no dude en acudir a nuestra clínica.